Es cierto que a veces soy insubordinado e irreverente. No es por carácter o por conducta, más bien por necesidad, por responsabilidad, como decíamos hoy en la meditación de luna llena. La responsabilidad deviene cuando existe un compromiso y una deuda constante con la vida. En ese sentido, mi pasivo y mi activo están entregados a la vida, a entenderla, a profundizarla, a vivirla, a sentirla, a experimentarla, a compartirla y a preñarla.
Cuando hoy recibíamos el libro de la Asexualidad en casa sentía ese nervio propio, tímido y coqueto que nace cuando llega el momento de celebrar el gran esfuerzo. Ya no importa si el libro lo leen dos personas o un millón. Ahí está, ahí queda para quien lo necesite o para quien lo reclame. Mi deber como autor es comunicarlo y compartirlo sin entrar en los torpes juegos de la vanidad o del suplicio egoico. Tenía que escribirlo, necesitaba hacerlo por responsabilidad y lo demás, el éxito o el fracaso del mismo no tengo baremo para medirlo.
No se trata de una victoria más, se trata de poner en marcha la riqueza del compartir. Y este es mi regalo, mi nuevo regalo para vosotros. Compradlo si podéis o pedirlo si lo necesitáis y no podéis pagarlo, ya sabéis que os lo enviaré encantado, como siempre. Hoy alguien hablaba en la meditación de la importancia de la gratuidad como expresión del alma. Es una pena que tardemos tanto en darnos cuenta de que hay cosas que no tienen precio, de que la entrega y el servicio están por encima de baremos económicos o sofisticados aforismos mercantiles. Así que consolidad vuestra necesidad con la mía y hagamos un trueque mínimo. Aquí está un trozo –quizás algo íntimo, pero refrescante e irreverente-, aquí el esbozo de un sentir, de una responsable necesidad.
Hablemos de sexo desde la genial impostura. Esa que desde el atril inteligente promueve la visión de estadios diferentes, de figuras no acordes con el tiempo pero sí clarividentes con los tiempos. Hablemos de sexo desde su sacralidad, desde el argumento consciente y la ternura de la palabra. Os invito a un paseo por un sexo diferente. Os invito a dar mordisco a un trozo de mí, que no soy otra cosa que un tú observante.
http://www.editorialdharana.com/catalogo/asexualidad?sello=nous
Eres un Ángel…deja lo que puedas,coge lo que necesites…
Me gustaMe gusta
No recuerdo haber conocido a nadie como tu. Un ser de luz que no tiene nada suyo porque todo lo da. Como no quererte… con tu sonrisa llenas cualquier espacio, no necesitas hablar… besoss desde el alma
Me gustaMe gusta
Gracias Javier, gracias Laura, por escribirlo y compartirlo. La Vida, como siempre, en esa danza sorprendente y sincrónica, se vale de quienes han optado por abrir su corazón, para hacerte llegar una respuesta cuando menos lo esperas…Un abrazo para los dos!
Me gustaMe gusta