Leo en el periódico Expansión algo de lo que ya he hablado anteriormente y que, sin embargo, no deja de sorprenderme. El artículo es de Manuel del Pozo y se titula: «¿Qué sueldo le pagamos a Botín?». Realmente, no estoy nada en contra de lo que ganen los directivos de la banca. Ante todo prima la libertad privada y personal del individuo par el individuo. Lo que si me pone los pelos de gallina es saber lo que ganan estos directivos que han provocado la quiebra del sector bancario, y que, para más Inri, solicitan ayudas públicas para ayudar al sector… ¿Qué está ocurriendo realmente? Sólo se me ocurre una tesis ingenua: los partidos políticos necesitan a los banqueros para financiarse. También a la sociedad civil para que pague los impuestos y los voten una vez cada cuatro años, pero como tenemos una sociedad civil estúpidamente dormida y asimilada, es lo que menos les preocupa. Así, siendo como somos, está claro que el juego de favores y favoritismos va a seguir continuando en una sociedad que, como mínimo, tienen un marcado carácter corrupto. Ya lo advertía Sartre en sus «Manos sucias»… y de ahí que cayera en una profunda depresión angustiosa… He dicho…